Tanit de Malasombra es una fragancia de autor que nace como un ritual olfativo inspirado en los antiguos cultos fenicios dedicados a la diosa Tanit. En cuevas sagradas de islas como Ibiza, se cree que las sacerdotisas ofrecían flores, plegarias y placeres corporales a modo de ofrenda final, culminando ceremonias en las que el perfume era parte esencial del rito. Aunque los registros históricos son escasos, los hallazgos arqueológicos —urnas, vasijas y frascos hallados en naufragios— revelan la importancia simbólica y cotidiana de la perfumería en aquella cultura ancestral.
Este perfume nicho no solo rinde homenaje a una divinidad olvidada, sino también a las artes efímeras que han sido sistemáticamente relegadas: el perfume, la palabra, la seducción, lo intangible. Tanit de Malasombra es una defensa perfumada de la memoria sensorial como patrimonio cultural.
Su estela comienza con un estallido de flores blancas, intensas y envolventes, que evocan altares cubiertos de ofrendas. Con el paso del tiempo, el corazón floral se desvanece dejando paso a un fondo almizclado y carnal, que evoca la calidez de la piel tras un encuentro sagrado. Desde su inicio hasta su último aliento, esta creación de perfumería artística es una experiencia sensual, simbólica y profundamente evocadora.
Notas: Nardo, Jazmín Sambac, Jazmín blanco, Manteca de Orris, Cistus Jara, Cedro de Líbano, Pimienta blanca, Salvia esclarea, Alcaravea y Almizcle. Tinturas de Palo Santo, Mirra, Estoraque Turco, Benjuí de Sumatra y Opoponax.
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